La majestuosa represa de Merowe, también conocida como Merowe Multi-Purpose Hydro Project o Embalse de Hamdab, se alza con orgullo en el río Nilo, cerca de la ciudad de Merowe, al norte de Sudán. Emplazada en las inmediaciones de la Cuarta Catarata del Nilo, donde las aguas se entrelazan en varios brazos que acogen diversas islas, esta maravilla hidroeléctrica se encuentra a tan solo 40 km aguas abajo de la presa, en una zona desértica. La grandiosa obra, considerada el proyecto hidroeléctrico más extenso de África, se encuentra a 350 km al norte de Jartum, la capital de Sudán.
Con una longitud imponente de 9 km y una altura que alcanza los 67 metros, la represa de Merowe representa una sinfonía de ingeniería y visión. Sus 10 turbinas Francis, cada una de 125 MW, han sido diseñadas para una descarga eficiente de 300 m³/s. Esta notable producción de electricidad no solo ilumina la red eléctrica de Sudán, que se extiende a lo largo de desiertos y ciudades, sino que también ha dado un paso esencial hacia la electrificación de las regiones rurales.
El embalse de Merowe, con su capacidad de 12,5 km³, marca un hito en la eficaz gestión de recursos hídricos. Con un nivel de agua planificado en el embalse de unos 300 metros, contrastando con los 265 metros del río aguas abajo de la presa, demuestra una planificación minuciosa y un uso óptimo del caudal anual del río, que equivale al 20 por ciento. Esta proeza no pasa desapercibida, posicionando a Merowe como un logro en la gestión sustentable de los recursos hídricos.
La represa de Merowe se destaca por su impresionante envergadura y meticulosa construcción. Con una longitud de 9 km y una altura de 67 m, esta estructura se divide en dos partes que rodean la central hidroeléctrica y el corazón de la presa. Hechas con grandes rocas de hormigón revestidas con cemento, estas secciones albergan turbinas y una zona de desagüe de 300 m de ancho. Los detalles en la planificación y ejecución de esta estructura resaltan su calidad y funcionalidad.
La represa de Merowe ha dejado un legado impresionante tanto en términos de energía como de desarrollo. La generación eléctrica de 1250 MW de esta central hidroeléctrica supera significativamente las capacidades anteriores de Sudán y refuerza su red eléctrica en regiones previamente no electrificadas. Además, se han llevado a cabo proyectos arqueológicos para preservar el patrimonio cultural de la región que quedaba bajo las aguas del embalse. La construcción de la represa no solo ha impulsado el desarrollo tecnológico, sino que también ha contribuido al bienestar de las comunidades locales, al desarrollo sostenible y al progreso regional.
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